Los ciegos
Conocí a Germán cuando entramos juntos al primer grado, una amistad profunda, pero muy sencilla. Lo más peculiar que tenía Germán, era su familia. Era numerosa en exceso, y él era la esperanza de acabar con el mal que los asediaba a todos. La primera vez que visité su casa me sorprendió ver que ninguno veía, no es mentira, todos andaban espantando fantasmas con sus manos, divisando los muebles, evitando golpes. Según el doctor que recibió a Germán durante el alumbramiento, toda la familia era paciente de una condición de ceguera hereditaria, que se traduce en que nada está fuera de lo normal al momento del nacimiento, pero luego resulta que están ciegos. Es por eso que los padres de Germán se preocuparon tanto cuando el doctor les dijo que su hijo se veía tan normal como todos los demás de la familia. Los primeros años de vida de mi amigo fueron algo difíciles, sus padres no tenían idea o no podían ver que Germán veía, lo criaron como a un invidente. Le enseñaron a distinguir po